
La ex senadora Isabel Allende (PS) tuvo palabras para la escucha telefónica a Miguel Crispi, ex jefe de asesores de La Moneda, que hizo que se abriera una investigación penal de oficio por la fallida venta de la casa de Salvador Allende en Guardia Vieja.
El teléfono de Crispi fue interceptado en el marco de la arista ProCultura del Caso Convenios y sus conversaciones eran registradas por la PDI.
Esto hizo que la policía civil accediera a un diálogo entre el ex asesor del presidente Gabriel Boric y su madre, en el cual dejaba ver que Isabel Allende estaría realizando gestiones para acelerar la compra del inmueble por parte del Ministerio de Bienes Nacionales.
Ante esto, el Ministerio Público decidió abrir una investigación de oficio por esta fallida operación y donde una de las indagadas es la ahora ex senadora del PS.
“O sea (Isabel Allende) llamó hasta al portero del Ministerio. Hueveando, hueveando, hueveando, que se haga, que se haga, que se haga así… Ella tiene mucha responsabilidad y también el abogado de la familia Allende”, es parte de los dichos de Miguel Crispi por vía telefónica.
Frente a estas palabras, Isabel Allende declaró que “lo dicho por el Sr. Crispi en ese llamado es falso y constituyen una falta de respeto a mi familia. No intervine de ninguna manera en la venta de la casa de mi padre. Como hemos reiterado seguimos las instrucciones del gobierno. Que el Sr. Crispi explique sus dichos a la brevedad”.
Por su parte, Guillermo Chahuán, abogado de Miguel Crispi, indicó a La Tercera que “en esta conversación de ninguna forma atribuye presiones indebidas ni un delito a la ex senadora. De manera informal y coloquial lo que quiso transmitir es que tuvo conocimiento que el abogado de la familia monitoreó el avance del proceso y tampoco advirtió la inhabilidad. Es una conversación en un espacio familiar y, por supuesto, sacada de contexto, se presta para otras interpretaciones”.