
La Capilla Sixtina está a la espera. La ceremonia de despedida del Papa Francisco está en marcha, donde miles de feligreses e interesados se han acercado a la Basílica de San Pedro para despedir al sumo pontífice. No obstante, de fondo acecha lo inevitable. Las cabezas del mundo eclesiástico se giran lentamente para pensar en lo que será el futuro de la iglesia Católica: el inicio del Cónclave.
El día de la despedida final del Papa será el sábado 26 de abril, cuando cientos de jefes de Estado y autoridades del mundo asistirán al funeral del jesuita argentino. El decano del Colegio Cardenalicio, Giovanni Battista Re, será el encargado de dirigir la misa frente a la plaza de San Pedro, que se espera que estará nuevamente colmada.
Posteriormente, el cuerpo será trasladado a la Basílica de Santa María la Mayor, donde descansará en una tumba sencilla que el mismo Francisco pidió ser enterrado. Sin embargo, no será ese el momento para el inicio del Cónclave. El protocolo indica que la elección del nuevo Papa no puede convocarse en medio de los Novediales, los nueve días de misas por el alma del sumo pontífice fallecido que comienzan a contar a partir de su sepultura.
Considerando el funeral fijado el 26 de abril, los Novediales finalizarán el 4 de mayo. De tal manera, el Cónclave podría comenzar entre el 5 y 10 de mayo, la fecha límite establecida por la institución.
“La fecha (del cónclave) no está definida, pero yo me preparo, en primer lugar, con la oración. Yo pienso que eso es lo más importante, porque claro, aquí hay gente que hace cálculos sociológicos, cálculos políticos, cálculos psicológicos“, dijo el arzobispo de Santiago chileno Fernando Chomalí desde Roma. “Yo vengo de Chile, un país cristiano, de raíz cristiana, y vemos en esto al espíritu santo actuando“.