
Durante esta jueves se hizo efectiva el alza del 34% al 84% de China a Estados Unidos, aunque el gigante asiático se mostró abierto a dialogar. La medida precedió a la aclaración de la Casa Blanca que los aranceles a China ascienden al 145%. Beijing aún no se refiere a esta medida que se confirmó durante esta jornada.
Sin embargo, el gobierno chino ya anunciaba que respondería a la “coerción” económica impulsada por Estados Unidos. “No solo es necesario para proteger los intereses legítimos de China, sino también para defender la equidad internacional y el sistema multilateral de comercio“, indicó el portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Lin Jian, en una rueda de prensa replicada por la agencia EFE.
“EE.UU., guiado por intereses egoístas, ha convertido los aranceles en un arma de presión máxima para obtener beneficios unilaterales. Estas acciones violan gravemente las normas de la Organización Mundial del Comercio, socavan el orden económico global y desafían abiertamente las reglas internacionales”, añadió.
Lin dijo que China “no quiere una guerra comercial”, sin embargo “tampoco la teme” y “luchará hasta el final si Estados Unidos insiste en escalar el conflicto arancelario”.
“Los que defienden la justicia contarán con amplio apoyo; los que van contra la corriente acabarán aislados”, agregó el portavoz de la Cancillería. “Las prácticas de coerción de EE.UU. son impopulares y están condenadas al fracaso“.
Además, Lin denunció que Washington “sigue imponiendo de manera abusiva” aranceles a productos chinos y aclaró que “la presión, las amenazas y el chantaje no son el camino para relacionarse con China.
Fue ahí cuando el portavoz de China abrió la puerta para dialogar con Estados Unidos, aunque también advirtió que están listos para cualquier resultado: “Si EE.UU. quiere dialogar, debe hacerlo con respeto, igualdad y beneficios mutuos. Si opta por continuar el camino de los aranceles, China está lista para resistir hasta el final“.
“La imposición unilateral de presión extrema por parte de EE.UU. ha erosionado gravemente la base social y el sentimiento público que sustentan las relaciones bilaterales con China“, cerró Lin, haciendo un guiño a la recomendación de autoridades chinas para que sus ciudadanos analicen los riesgos antes de viajar al país presidido por Trump.