
Chile tendrá dos representantes al país en Cannes. Se trata de La ola, del reconocido cineasta Sebastián Lelio (Gloria y Una mujer fantástica) y La misteriosa mirada del flamenco, que cuenta con la dirección de Diego Céspedes, de tan solo 30 años. La película chilena, que es la ópera prima del joven director, fue convocada para la Selección Oficial del Festival de Cannes 2025.
El largometraje fue seleccionado para la categoría Una Cierta Mirada, que elige 20 películas con estilos inusuales e historias no tradicionales. Está orientada a jóvenes talentos y es la sección más importante de la competición después de la Palma de Oro.
La trama de la película cuenta la historia de Lidia, una niña de once años que crece en una familia queer marginada. Ambientada en un pueblo minero del norte de Chile en los años 80, el hogar es culpado de una misteriosa enfermedad que comienza a propagarse solo con la mirada cuando un hombre se enamora de otro. Es así como Lidia emprende una búsqueda de venganza, enfrentándose a la violencia, el miedo y el odio, donde su familia es su único refugio.
La visión de su director
“Toda mi familia viene de una población, y pocas veces veía en el cine chileno la parte luminosa que tiene nuestra gente. La mayoría de las veces esas historias son contadas desde artistas de clase alta y su idea de lo que significa ser pobre”, explica el director de la película, Diego Céspedes. “Así se ha moldeado nuestro cine y audiovisual durante los últimos años. Pero creo que el acceso a la educación nos ha permitido, a mi generación y clase, entrar lentamente y abrir nuevas aristas del imaginario chileno”.
“Mi motivación para hacer esta película no era dar una clase didáctica sobre pobreza, prejuicios y enfermedades. Mi idea era contar la ternura, el humor y la locura con la que yo siempre he crecido. Esa que me mueve el corazón y me conmueve en el día a día”, añade.
“El mensaje, para mí, no radica en levantar banderas específicas. Radica en algo más profundo, algo que engloba todos esos izamientos: la capacidad humana de hablar y entender a la persona que tenemos enfrente“, cuenta el joven director. “De poder mirarla a los ojos, a pesar de los miles de prejuicios que cargamos, y entablar una relación, sea del tipo que sea, en el tiempo que sea.
“En esta película hay niños, maricas, hombres mineros, travestis, burros y flamencos. Todos ellos viven en un desierto aislado y se ven obligados a mirarse a los ojos y conocerse. En ese encuentro, el miedo a veces desemboca en violencia, pero la ternura también da paso a cosas inimaginadas“, cierra Céspedes.
La película chilena tendrá su estreno mundial en Cannes, que se celebrará entre el 13 y 24 de mayo de este año.